Ya están aquí....
Empiezo el blog con un tema que he tenido la oportunidad de
compartir en varias charlas y foros: la
llegada de las nuevas generaciones al mercado laboral.
No sorprenderá que
en España este tema estaba mucho más de moda hace unos años, cuando las
empresas se preocupaban de cómo atraer y retener el talento más que de cómo
ajustarse al nuevo entorno de crisis. Con la tasa de desempleo juvenil alrededor
del 50% cuesta mucho convencer hoy aquí de
que hay que seguir preparándose para la incorporación a las empresas de
personas con nuevas exigencias y valores. De hecho, la última charla que di
sobre esto fue para una delegación de directores de RH de Chile, donde el tema
sigue estando de máxima actualidad (allí la tasa de desempleo es cercana al 6%
y el país está creciendo a un ritmo importante).
Me gustaría argumentar en contra de esta relajación que por
un lado estamos ante un cambio
estructural y que cuando la crisis pase – que pasará- las empresas que no
se hayan adaptado van a sufrir más. Por otro lado, el talento diferencial siempre va a ser escaso (las tasas de
desempleo juveniles son mucho menores en el segmento de personas con alta
cualificación). En España el problema de los llamados ‘NI-NIs’ (Ni estudian Ni
trabajan) es un problema extremadamente grave asociado a jóvenes con baja
formación propiciado por el modelo de crecimiento del país durante los últimos
años pero, por desgracia para ellos, no es un problema para las organizaciones,
precisamente porque… no trabajan!
Por último, siempre hay que recordar que aunque sea
coyunturalmente más sencillo incorporar y retener a estos jóvenes,
proporcionarles un entorno alineado con sus preferencias y motivador va a tener efecto en la productividad
de las organizaciones donde van a realizar su carrera, aspecto especialmente
importante
en momentos difíciles.
Mi toma de consciencia
Yo tuve mi primer contacto con este ‘problema’ en el año
2005 cuando entrevistamos a un recién licenciado incorporado a nuestra
organización. Como empresa de servicios profesionales, la fidelización de los
colaboradores es una de nuestras obsesiones y tras hacerle pasar por complejos
formularios y focus-groups, le hice una pregunta muy simple: “Si esta empresa
te pagara lo que quieres, te diera la carrera profesional que deseas, se
ajustara a tus horarios, te divirtieras en el trabajo con un ambiente muy
bueno… te quedarías con nosotros mucho tiempo?’. La respuesta me dejó helado:
“NO!. Eso sería como casarse y yo quiero tener muchas novias…’
Esa no era la respuesta que nos hubiera gustado oír: por
mucho que hiciéramos para mejorar el famoso ‘clima laboral’– y siempre hay
cosas para hacer – la relación que planteaba este chico con la organización no
era la misma que solíamos tener años antes. La empresa era una novia que debía
seducirle y aun así era posible que ‘se fuera con otra’.
A partir de ese momento, empecé a investigar y a descubrir
que era un tema candente en el mundo de los RH en el que como suele ocurrir,
los anglosajones nos llevaban ventaja…
Que está pasando?
El mundo del trabajo responde como no podía ser de otra
manera a los tremendos cambios sociales que se están produciendo en las últimas
décadas. Me parece relevante tener una cierta visión del bosque antes de
centrarnos en el detalle que esconden los árboles. Aunque cada una de estas fuerzas necesitaría
un libro entero para explorarlas como se merecen, voy a enumerar algunas de las
principales:
- Globalización: A estas alturas, ya es un concepto de uso común. Estamos en un mundo interconectado, que hace que hoy en día bienes y servicios se produzcan y consuman en cualquier parte del planeta. En el mundo del trabajo un efecto muy claro es el traslado de la producción de poco valor añadido (y eso, hasta ahora) a países antes considerados del tercer mundo que incluso atienden en horario de 24x7 a los clientes del ‘primer mundo’.
- Cambios demográficos: Simplificando mucho, los últimos años han sido testigos de cómo la esperanza de vida ha aumentado sensiblemente en prácticamente todo el mundo mientras que en muchos países la natalidad ha disminuido sensiblemente tras el ‘baby-boom’ que vivimos en las décadas de los 60/70. Por tanto, muchos países han visto como su pirámide poblacional se ha estrechado por la base, cortando el ‘suministro’ de jóvenes al mercado laboral mientras que se va postergando la retirada de sus mayores. Adicionalmente, tanto causa como consecuencia de estos cambios en la demografía, la incorporación masiva de la mujer al mundo laboral también ha tenido su efecto en el mundo laboral.
- Tecnología: Aunque este es quizá uno de los cambios más evidentes, muchas veces no somos conscientes de la aceleración constante del proceso: La generación de mi abuelo creció con la radio, la de mi padre con la televisión, yo mismo vi la llegada de los ordenadores e Internet (el primer PC salió a la venta en el año 1982 y Google se fundó en 1998). Esta velocidad de innovación no tiene precedentes en la historia. El tiempo entre cada salto cualitativo se está acortando y las nuevas generaciones continúan presenciando esta aceleración. Han podido ver la llegada de las redes sociales – Twitter apareció en 2006- y la movilidad proporcionada por los smartphones y tabletas: Apple sacó a la venta el primer modelo de Iphone en 2007.
- Economía del conocimiento: Los cambios anteriormente mencionados han desembocado en el auge de la llamada economía del conocimiento donde la aportación de valor ya no es tanto la creación y distribución de un producto como la del manejo de la información que circula a tiempo real por todo el mundo. Esto ha generado la aparición del ‘trabajador del conocimiento ‘ (Knowledge worker) cuyo ejemplo paradigmático sería una persona que trabaja en algo normalmente creativo soportada por las nuevas tecnologías y que es capaz de ser productiva en cualquier parte donde tenga conexión a la Red.
- Responsabilidad Social: Esta consciencia mucho más global, junto a las amenazas ecológicas que estamos viviendo, personalizada de manera ejemplar con el Cambio Climático, ha hecho que los ciudadanos reclamen a las organizaciones que colaboren en la sostenibilidad medioambiental y social de su comunidad. Las nuevas generaciones también han nacido con esto y esperan de sus organizaciones ser responsables.
Seguro que me dejo muchos más aspectos que están influyendo
a nivel macro, pero es importante tener claro que cambios
sin precedentes han generado que hoy en día coexistan 4 generaciones en las
organizaciones que han crecido en mundos muy distintos lo que hace que
presenten actitudes y valores distintos frente al trabajo.
Las 4 generaciones
La mayoría de la literatura del tema habla de los siguientes
cuatro grupos. Aunque las fechas de corte o los detalles pueden variar
según la historia concreta de cada país y según el autor, hemos visto que estamos en un proceso
de cambio global con lo que las líneas generales nos valen para identificarlas:
- Tradicionalistas (nacidos antes de 1950): Vivieron en un mundo muy duro (incluidas guerras mundiales) y envueltos en un clima de austeridad. Su actitud frente al trabajo es por tanto ‘Trabajar para sobrevivir’. El trabajo duro, la austeridad, la disciplina, la jerarquía y la autoridad están entre sus valores.
Es una generación que está saliendo del mercado laboral –se
están jubilando- aunque su presencia sigue siendo influyente, baste recordar
que muchos forman aún parte de los consejos de administración de las empresas.
Un ejemplo de esta generación es Warren
Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo, cuya frase que aún usa para
decidir en que invierte es: ‘no invierto en nada que no pueda entender’. Sus
hijos aún recuerdan la minúscula asignación económica que les daba y cómo instaló
una máquina recreativa en casa para que se la gastaran y así aprendieran el
valor del ahorro y de su filosofía de inversión conservadora.
- Baby
Boomers (1950-1970): Esta es la generación del ‘todo es posible con
esfuerzo’. Llegaron a la Luna, vieron las revoluciones de Mayo del 68,
criticaron la guerra de Vietnam y querían cambiar el mundo – los ‘hippies’ son
un sub-grupo paradigmático-. También vieron la aparición de la píldora anticonceptiva
que liberó a la mujer e hizo caer la natalidad. Sus valores frente al trabajo
podían resumirse en ‘Vivir para trabajar’:
son idealistas, trabajan fuerte para llegar a la cumbre y esperan de su empresa
la vinculación para toda la vida.
Esta generación está empezando ya a
retirarse, retardando al máximo el momento, ya que siguen viéndose capaces de
aportar.
Un miembro conocido de esta generación es
Bill Gates, que nació en 1955 y sigue dando guerra…
- Generación
X (1971-1982): Este grupo (el mío por cierto!) descubrió que cambiar el mundo no era tan fácil y
que muchos de los sueños de sus antecesores no llegaron a cumplirse. Era la
generación mejor formada hasta ese momento, que descubrió que tenía que competir
fuertemente por encontrar un trabajo y posición social. Un título universitario
ya no garantizaba el puesto que le habían prometido sus padres. La publicidad,
que siempre detecta las tendencias antes que nadie, en España los etiquetó como
JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados) e hizo célebre el anuncio de un
coche en que un joven muy cualificado buscaba trabajo. En el ámbito
tecnológico, vieron la llegada de los ordenadores domésticos.
Frente al trabajo, son más escépticos e independientes
(hablan de “Mi proyecto”). El trabajo ya no lo es todo: aparece el concepto de ‘conciliación
de la vida personal y profesional’. Trabajan duro, pero quieren también disfrutar
a cambio. Su actitud se podría resumir en ‘Trabajar para vivir’.
Siguiendo con los ejemplos del sector
tecnológico, los fundadores de Google (Larry Page y Sergey Brin) serían parte
de esta generación.
Y por fin…
La generación Y
Esta es la generación de la que todo el mundo habla. Recibe varios nombres: Millenials, generación Nintendo, etc. Son los niños deseados en un mundo global y digital. Sus padres se volcaron en su crianza, tratando de evitarles todo tipo de frustraciones: en el colegio apareció el ‘necesita mejorar’ en vez de ‘suspendido’. En Estados Unidos, se les denomina ‘Trophy Kids’ – hay incluso una película - en referencia a los niños que recibían medallas en las competiciones deportivas fuera cual fuera su resultado.
A esto se añade la explosión tecnológica que
hace que les llamemos ‘nativos digitales’: Internet para ellos siempre ha sido
omnipresente y han visto la aparición de las redes sociales que han adoptado
con entusiasmo. El propio Mark Zuckerberg, fundador de Facebook es uno de ellos.
Además, el mundo ‘físico’ también se les ha
hecho pequeño: han visto televisada la guerra de Irak y la aparición de los
vuelos low-cost que hacen que el viaje de fin de curso ya no sea en autobús…
Entre sus valores destacan la confianza, la
sociabilidad, la informalidad, la consciencia global,….
Frente al trabajo, esperan que la empresa se
adapte a ellos y no al revés. El trabajo es una parte inseparable de la vida – ya
no se trata de ‘conciliar’ - y por tanto tiene que tener sentido y permitir su
auto-realización. Una denominación que me gusta es ‘Generation Y NOT?’
(Generación porqué no?). Este nombre expresa como están retando a las empresas exigiéndoles coherencia y
un trabajo en que tenga sentido para ellos. Si no se lo ofrecen, o rechazaran incorporarse o bien se
irán a la primera oportunidad.
Ante la llegada de estos jóvenes, demasiadas veces se
destacan los posibles aspectos negativos y retos que presentan para las
organizaciones sin explorar como aprovechar sus especiales capacidades. Siempre
pongo el ejemplo de la célebre pirámide de Maslow que venimos explicando desde
hace décadas en RH… ellos estarían en la parte alta, pidiendo autorealización.
Es el momento de ver si las organizaciones están capacitadas para ofrecerla.
En posteriores artículos iré desgranando como adaptar
las organizaciones a este nuevo perfil en las distintas áreas de RH (Selección,
Desarrollo, Formación,…). Hay que hacerlo porque no queda más remedio –el
tiempo juega a su favor- y porque seguramente en el proceso generaremos mejores
empresas. Como ejemplo, este video de un icono de puesto de trabajo para esta generación: Google.
Para terminar, solo mencionar que la entrevista con el
recién licenciado que he relatado al principio, acabó con un curioso comentario
por su parte : “Si te parece que mi generación es problemática…., espera a ver
a mi hermanito!”.
Ya le han puesto nombre: Se trata de la ‘Generación Z’, pero
eso da para otro artículo… de entrada, asusta un poco pensar que esta generación ha vivido
la caída de las torres gemelas y ha visto como su hermano que trabajaba en una
gran empresa fue despedido con la crisis económica... cómo será su actitud
frente al trabajo cuando salgan de la escuela donde están ahora para
incorporarse al mundo laboral?
Gran artículo para empezar. Enhorabuena. Seguiré tus próximas entradas
ResponderEliminarGracias! Fantástico saber que 'hay alguien al otro lado!'
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