Menos es más
Nota: Este artículo se publicó anteriormente en Capital Humano Fiel hasta el final, el viejo horno microondas de la familia cumplió con creces su cometido durante veinte años hasta que un día decidió dejar de funcionar. Al llegar su sustituto a la cocina, descubrimos rápidamente que la tecnología había evolucionado más rápido que nosotros: donde nuestro difunto aparato ofrecía únicamente un par de sencillos mandos para seleccionar el tiempo y la potencia, su nueva versión dispone de un teclado con una docena de botones plateados y su correspondiente pantalla que permiten con toda seguridad controlar el más mínimo detalle al cocinar... y quizá hasta manejar la estación espacial. Por primera vez, nos vimos obligados a buscar en el manual de un aparato de estas características como calentar el café de la mañana y seguimos en el proceso de aprender a descongelar la cena. Estacionar en las zonas restringidas de la ciudad, también se ha complicado últimamente: lo que hace unos años req...